Despertar para aprender

Hace dos años después de trasplante desperté a una nueva vida. Un vez más no sabía cómo va a ser todo. Uno esperaría respuestas inmediatas a todas las preguntas que surgían. No había tales respuestas. Todo eran misterios, lo que debería funcionar no funcionaba, solo quedaba confianza y espera con esperanza. Es que tanta generosidad y cuidado del personal de la Paz no podía caer al saco roto. Saber pedir ayuda, confiar en los cuidan y mantener la paz. Una situación que me quitaba todas las seguridades y revisaba todas las suposiciones. Creo que me ha enseñado, ser agradecido, tener más paciencia, ser más humilde y confiado. En todo este proceso se verificaron muchas cosas. Uno aprende a fuerza de pequeños golpes que todo es un don, una conquista. Que solo aceptando la realidad, por muy imperfecta que parezca, se llega a la superación a la felicidad y vida nueva que entra en el cuerpo a gotas como el suero. No sé, cómo se llama ella, le puse el nombre Aurora. Se fue e hizo el ultimo don para que yo me pueda quedar más tiempo y más libre. Se lo agradeceré el resto de mi vida. Hasta el encuentro definitivo con Él que nos puso en el mismo camino de la vida. Ser donante es lo más grande. Gracias a todos por donarme su tiempo y su amistad.

Feliz lunes de despertar para aprender.