Gris

Este mundo que la rodeaba era tan gris. Gris en los colores de invierno y gris en su humor. Las noticias que le llegaban, quitaban todos los colores y sabores. Era difícil resistir y no dejar de influenciarse por el ambiente que la rodeaba. Por suerte la vida la obligaba a salir a la calle. En cada una de sus salidas pasaba en frente a unas iglesias antiguas. No le llamaban mucho la atención, porque por su edad también se volvieron grises y formaban parte de paisaje. Hasta que un día de lluvia que vino sin anuncio a pesar de lindo sol y son paraguas en la mano se vio obligada a refugiarse en una de ellas. Ahí ocurrió el pequeño milagro, en la penumbra de la iglesia lo que parecía gris por fuera se llenaba de colores gracias a las maravillosas vidrieras. Eso solo podía invitar a la oración a la reflexión y al encuentro. Es que hasta lo más gris, mirado desde dentro, puede revelar su belleza escondida. Lo que vemos y encontramos siempre nos desafía. Entra en la penumbra para descubrir la luz y color que tanto te falta.

Feliz domingo de penumbra.