Hace tiempo trabajando en Adroga me han enseñado hacer una lista
para no olvidar hacer nada en mis viajes a Aranda de Duero. Cada día
se quitaba cosas, hacía listas nuevas. Luego por años usaba la
agenda pues cada compromiso significaba un viaje a un lugar tanto en
México como en Paraguay. Ahora de nuevo en España he regresado a
mis listas sin abandonar la agenda. A veces siento que la memoria
falla o el estrés la inmediatez pone en peligro muchas cosas
pendientes, procrastinadas demasiado tiempo. Muchas veces me he
quejado que si quito una cosa de la lista pongo otras nuevas. Ni lo
aparentemente atendido puede ser olvidado porque siempre pasa algo.
Realmente no debería quejarme, porque mientras tengo mi lista quiere
decir que estoy vivo. Mientras no se acaba la lista y se está
siempre renovando quiere decir que aún sirvo a alguien, que mi vida
y trabajo es útil. Que no se acaben nuestras listas y nos ayuden a
recordar cosas importantes y pendientes, desde mandar un mensaje
hacer una llamada hasta llamar a un técnico ver al médico y hacer
una compra y dejar tiempo libre para los de cerca.
Feliz lunes de
listas.
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