En estos días, parece, que cada paso significa un encuentro. Los hay
de lo más inesperados, los que se podía llamar imposibles. Conectan
pasado y presente. Alimentan aquellas llamas de memoria y esperanza
que ya parecían extendidas. Hacen brillar lo que parecía apagado.
Se vuelven desafía, por cantidad de elementos que aportan. No perder
ningún detalle a pesar de todos los cambios. En cada paso paseo hay
ecos de pasado que vuelven como señales guía y referencia para el
futuro. Unos sorbos de café, unos sabores que transportan huellas
que se descubren en donde menos se esperaba. Todo en la sombra de las
montañas que para mí, se volvieron sagradas, que desde hace tantos
años me murmuran sus historias y secretos aunque la vida me lleve
lejos de ellos. Ayuden me a mirar, a sentir, saborear, recordar,
escuchar y entender. Que no me falten los sentidos, que no se me
escape nada de lo que dice el corazón.
Feliz viernes de
paseos.
