Palabras dichas

No le quedaban muchas palabras a Micaela. Las había dicho todas, aunque muy pocas de ellas realmente eran escuchadas. Las últimas se las arrancaba de la piel. Ardían y dolían como las heridas que han provocado. Cuando ya se dice todo lo único que queda es silencio y escucha. No tiene sentido repetir otra vez al que no quiso poner ni un poco de atención la primera. Es mejor limpiarse de palabras infectadas de sentimientos dolorosos para poder sanar, encontrando la paz. Vivimos en tiempos en los que es cada vez más difícil ser escuchado, entendido, tomado en cuenta, respetado en diferencias. El insulto se mezcla con la indiferencia, la burla con la ignorancia. Mientras cada persona vive sus alegrías y tristezas sus dolores y sus soledades. Saca afuera lo que tienes dentro, habla, escribe, piensa, canta, baila, pinta, cocina haz algo para sentirte libre y poder expresarte plenamente.

Feliz domingo de palabras dichas.