Se sentía medio desilusionado
aunque por educación lo trataba de disimular. Se le notaba en la
mirada este brillo de tristeza, las facciones tensas. Sentía derecho
de esperar algo y este algo no llegaba. Ellos no se sentían
interpeladas por su generosidad, ni sus tiempos, ni sus gestos. Era
tan normal que él hacía esto, que a nadie se le ocurría de dar las
gracias y cuidar ciertos detalles. No perdamos la sensibilidad, de
ver el esfuerzo desinteresado de muchas personas anónimas. No piden
nada, lo hacen porque les nace, sin embargo cada gesto de gratitud es
un ánimo una motivación para ellos para seguir haciéndolo con
redoblada ilusión, la ausencia de gestos a veces provoca
frustraciones y desánimos.
Feliz
miércoles de gestos e agradecimiento.
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