La paz y el respeto

Suspiraba sus silencios cargados de palabras. A estas alturas de la vida ya se sentía libre de necesidad de demostrar algo, sobre todo de demostrar su buena voluntad. A sus espaldas llevaba una vida, no perfecta, pero hasta donde pudo manejarla, coherente y respetuosa. Seguramente no ha hecho todo el bien que pudo, pero tampoco ha hecho el mal que pudo, simplemente porque no quiso. Porque trataba a los demás con el trato respetuoso que quiso recibir con ellos. Tenía sus diferencias, sus puntos de vista a veces muy radicales y peculiares, pero siempre supo imponer por encima de ellos lo que la unía a otros y lo que permitía mantener buena convivencia y el trabajo conjunto en el beneficio de todos. Los que dudaban y criticaban estaban en su derecho ella a su favor tenía el camino recorrido y aunque a veces dolía tanta mala fe, se quedaba con la tranquilidad del que camina en la luz, con paz en el corazón. Renunciando discusiones con los que solo respetan, escuchan y aceptan sus propios argumentos ignorando a los de los demás.

Feliz viernes de la paz y del respeto.