La vida sigue dando sorpresas. Veo cada día los pequeños milagros,
que me permiten valorar las cosas simples y sencillas de cada día.
Es un misterio como se ponen ordenan enlazan las cosas que permiten
superar cada obstáculo, cada dificultad. Aún recuerdo aquel día de
diciembre de 2001 cuando en el Hospital de Ciudad Valles S.L.P. me
dieron la primera noticia sobre poliquistosis y sobre lo que
probablemente me esperaba. Parecía imposible, sentía que el mundo
daba una vuelta. No sabía lo que va a ocurrir después. Lo que
ocurrió eran muchas cosas buenas y maravillosas. Claro llegaban las
dificultades, que solo me despertaban y recordaban las cosas que
debería no olvidar. Hay límites y uno no es dueño de todo, ni
controla todo. Los baños de humildad siempre vienen bien. Uno se da
cuenta cuanta gente se involucra en todo este proceso y uno se siente
avergonzado, frente a derroche de tanta bondad. Aquí en la Paz puedo
sentir la paz y la tranquilidad de estoy en muchas buenas manos que
desde hace muchos años de lejos y de cerca me están cuidando. El
Espíritu sopla y empuja dando vida. Gracias por acompañarme.
Feliz martes de
inmensidad de bondad.
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