Puede ser que poco valoramos y vemos el
sentido de progreso gradual. De hacer cada día un poco, pero
realmente un poco, sin desanimarse en el camino por pocos resultados
obtenidos. Parece que el mundo que nos rodea, exige resultados
espectaculares, inmediatos. Se nos ofrece elegir o todo o nada.
Muchas veces el todo supera nuestras capacidades y posibilidades de
todo tipo, desde las físicas hasta las económicas. Así que sin
quererlo de verdad, ni pensar que por alguna extraña razón estamos
condenados a nada, nos quedamos sin avanzar, con las manos vacías.
Es aquí en donde cabe perfectamente el trabajo de hormiga. Cada día
un poco, sin excusas, sin justificaciones. No esperando efectos
visibles desde primer día, pero sabiendo que se avanza, mejora,
progresa, sumando las pequeñas contribuciones, los pequeños
aportes, esfuerzos. En estos día lo descubro haciendo caminatas.
Ojalá me dure.
Feliz
miércoles de progreso gradual.
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