¿Quién nos ha desatado tantas
ansiedades? ¿Cómo es posible que cosas que surgen en nuestra mente
dominan tanto a nuestro cuerpo? No siempre fue así ni nosotros
fuimos así. Caímos en las redes que otros han creado, tantas veces
renunciando la libertad y sin pensar en lo que pagaremos a largo
plazo. Nada de lo que tanto nos angustia, al principio nos dio la
paz. Echamos la mano a los ansiolíticos, que no solucionan nada, por
lo menos por un momento ponen una capa sobre todo lo que nos tiene
tan intranquilos. ¿Dónde se perdió la serenidad? ¿No hemos
perdido contacto con la naturaleza, sus tiempos, ritmos y con la
realidad de nuestro aquí y ahora? No son las pastillas, sino las
libertades, que sería bueno alcanzar. Retomar y practicar, viviendo
una vida más tranquila, sin correr para adelante ni quedándose
atrás.
Feliz
viernes sin tanta ansiedad.
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