Profetas

Nunca han faltado los profetas a sueldo, que alaban a su patrocinador del turno. Dicen lo que quieren oír los que les pagan. Alaban su eficacia y su bondad. No encuentran motivos para la crítica. Tiemblan cuando el poder de sus jefes corre peligro. Por suerte tampoco nunca han faltado los profetas libres los que saben anunciar lo bueno venga de donde venga y saben denunciar lo malo sin miramientos. Nada deben nada temen, aunque su vida corre peligro. Hoy día resulta más fácil que nunca, destruirlos, escondiéndose en el anonimato de las redes sin dar la cara y aunque sea un argumento válido. Sin ofender, insultar, descartar, anular. No repitas los bulos, no participes en el concierto de los insultos, ni alabanza en coro. Ten tu opinión, y trata a los demás como quieres ser tratado.

Feliz domingo de profetas.