A veces solo es necesario mirar
los ojos y poner atención para ver que hay tantas cosas que no nos
han dicho, que se esperaron un tiempo oportuno que no está llegando.
Algo bastante fácil entre dos personas enamoradas, pero mucho más
complicado con los niños que no tienen paciencia para sostener la
mirada, y muy complicado con las personas mayores con los que nos
impacientamos. Lo que pasa con los mayores que cada vez dicen menos
al ser escuchados menos. Ya nos contaron sus historias una y otra
vez, por eso cuando empiezan les abandonamos, ellos necesitan tiempo
para hablar de sus miedos, anhelos, preocupaciones alegrías, nos
prueban muchas veces antes de confiarnos alguna cosa. Date tiempo
para la mirada y la escucha. Cuando más pesan los años más cuidado
se necesita con las palabras los gestos y las muecas.
Feliz domingo de mirada y
escucha.
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