Volando pasa el tiempo y uno se
queda mirando a la orilla de la vida con la indecisión y la
inseguridad sin atreverse de abrir las alas para levantar el vuelo.
Para que las cosas sucedan hay que moverse, no evitar las corrientes
ni los torbellinos. Ellos pueden dificultar pero nunca impiden llegar
a tu objetivo. Los espectadores quedan afuera no participan y se
pierden la emoción de la vida de los novedoso efímero y tantas
veces imposible de prever. Todo lo que da sentido sabor y color a
nuestra existencia. Abre tus alas, las velas y convierte los vientos
y las corrientes en tus aliados.
Feliz jueves de atrevimiento.
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