sábado, 16 de noviembre de 2024

Acostumbrar a los ojos

No era la primera vez que todo se terminaba. Esta sensación de vacío no se libraba de sombras de fracaso. Ha aprendido con el paso de los años tener un poco más de paciencia y algo de perspectiva. Antes de caer en el pozo de desesperación y antes de culpar a todo el mundo por su situación, se sentaba para mirar. Unas veces con los ojos abiertos, otras veces con los ojos cerrados, para ver mejor el camino que la había llevado hasta aquí. En este comino había personas, había palabras, reacciones y decisiones. Algunas sin mucha importancia, otras cruciales para llegar a este punto en su vida. Aunque ya parecía el final, sabía que no lo era en realidad. Siempre quedaba algún rayo de luz y un espacio, por pequeño que sea, para dar otro paso, en otra dirección, corregir el rumbo. Los problemas y las prisas nos enceguecen. Date tiempo que se acostumbren tus ojos para mirar, así como tienen que acostumbrarse a la luz o a la oscuridad. El mundo es inmenso y las posibilidades de seguir también.

Feliz domingo de acostumbrar a los ojos.

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