Noemi
ha vivido tantos mementos alegres, que ahora no podía entender de
dónde venía toda esta tristeza. Es cierto que muchas cosas han
cambiado en su vida. Han aparecido dificultades que no eran fáciles
de superar, lo que no quiere decir que eran imposibles. Viendo el
paisaje que no era nada plano, pensaba en sus montañas y sus colinas
que forman parte de su realidad. En los momentos duros siempre
tenemos que tener la referencia. Estos puntos de apoyo que nos dan
fuerza y esperanza. Unos anclados en el pasado en los momentos
maravillosos que vivimos y otros anclados en el futuro en todas cosas
buenas que nos esperan. Casi siempre nos balanceamos entre dos
extremos. Cuando todo va bien pensamos que el mal no nos puede tocar,
y cuando algo va mal pensamos que el bien no existe. Todos tenemos
nuestras luces, oscuridades y silencios, aunque no todos lo
reconocemos y poco hablamos de eso.
Feliz
sábado de montañas y valles.
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