Haciendo cuentas

Tal vez un lunes no es un buen día para hacer cuentas, pero cuando uno se para un rato, puede mirar atrás. Añadido el ambiente de vacaciones con todas las novedades habidas y por haber, uno piensa en todo lo que ha pasado y como ha pasado y de qué manera está moldeando mi realidad hoy. Tantas cosas, uno pensaba, suponía, imaginaba, y no eran así como lo hemos dibujado en nuestra imaginación. Hoy he tenido la sesión de hemodiálisis número 200, y aunque fue un poco accidentada por los calambres que me dieron, nada tiene que ver con lo que me imaginaba cuando en 2001 me hablaban de este “peligro” por el natural desarrollo de mi problema renal. Las cuentas dicen que 200 sesiones son 400 agujas, con un promedio de más de 4 horas cada sesión, son 800 horas conectado. Eso es la cruda estadística de cifras, pero son muchos encuentros bromas, alegrías y tristezas con mis compañeros, muchas horas de lectura de las novelas maravillosas, libros interesantes, conversaciones y pensamientos. Ver que se puede cuando parecía que no se va a poder. Ser agradecido con Dios y con las personas que me acompañan, por los que me leen y se preocupan por mí. No es una parada, ni un impedimento, es un cambio de rutina y una posibilidad de apreciar lo que antes ni se tomaba en cuenta. Una parte de camino en la que hay que andar despierto. Que siempre nos sigamos encontrando y si alguien falte, que sea solamente porque está mejor.

Feliz lunes de hacer cuentas.