Desde cuando aprendimos a mirar
al otro con sospecha, viendo en cada persona, un peligro, una
amenaza. Hace tiempo ya preguntaron al Maestro ¿Quién es mi
prójimo? ¿Será que aún no entendimos la respuesta? Primero
cerramos el corazón, luego nuestra casa y al final nuestras
fronteras. Olvidamos que si hace tiempo se hubiera prohibido las
migraciones ninguno de nosotros hubiera nacido, porque nuestros
antepasados no se podrían encontrar y ninguno pudiera nacer y vivir
donde vive, porque todos hemos llegado de alguna parte si escarbamos
un poco en el pasado de nuestra familia. Así que nadie puede
presumir del certificado de ciudadano verdadero. Todos somos
caminantes frutos de maravillosos e inesperados encuentros. El
encuentro es vida, la separación y aislamiento es la muerte.
Pensemos un poco ¿cómo miramos al prójimo y qué ha quedado en
nosotros del mandamiento del amor?
Feliz
lunes de encuentro con otros.
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