No ha tenido en su vida grande éxitos. Lo poco que parecía que ha conseguido, era fruto de su trabajo simple humilde constante. Sin embargo ni se sentía fracasada, ni frustrada. Lo que tenía era suyo, nadie le podía reclamar nada, porque todo fue pagado hasta la última gota de sudor. Como nunca ha presumido de ser quien no era, no guardaba secretos sobre su origen ni sus posesiones. En el mundo de postureo era un caso excepcional. Prefería la estabilidad de su paz que los destellos de admiración que deslumbran y enceguecen por un momento. Lo suyo era mirar de frente sin esconder nada, ni esperar reconocimientos ni favores. Solo descubrir oportunidades para poder desarrollar más sus habilidades y aumentar sus experiencias que a su vez se podrán invertir en la construcción de su felicidad y la de los que la rodeaban. Era su secreto de una vida a su medida, lo que no significa que era fría y calculadora o que no tenía sueños. Simplemente le gustaba pisar sobre un terreno firme de sus vivencias, sin necesidad de demostrar nada a nadie.
Feliz viernes de vida en paz.