Parecían
los golpes certeros de mala suerte, a la montaña de problemas que
tenía se añadían unos cuantos más. Puede ser que hace tiempo eso
le haría derrumbarse dejar de luchar, abandonar cualquier intento de
superación, buscar otra salida, pero ya no reaccionaba así. Su vida
y ella eran diferentes. Las experiencias y las realidades la han
enseñado a aceptar, a calmar, frenar y tomar un nuevo impulso. Sabía
que cada nuevo problema, nueva dificultad provocaba un cambio de
estrategias y prioridades en todo estaba cerrada una nueva enseñanza
una nueva luz nueva mirada. Uno aprende revalorizar las cosas. Saber
que hay lo más y menos importante, que eso es lo que a uno le toca
en esta etapa de la vida que no tiene que ser peor que las anteriores
aunque tantas cosas cambian y nosotros con ellas. Si llega algo nuevo
párate reflexiona mire conoce trata de entender para que y sigue
adelante.
Feliz
miércoles sin desanimarse.
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