Escuchar al corazón

Escuchaba a su corazón que rítmicamente bombeaba la vida en su cuerpo. Este mismo corazón que fue capaz a sentir. No era esclavo de los ojos, que aunque ven mucho, nunca ven todo. Siempre se necesita un corazón que puede sentir cundo las cosas no están claras o cuando no se ve nada y todo parece cubierto por un velo de ignorancia o indiferencia. En momentos así, es nuestra capacidad de empatía, que puede romper todos los muros, callar a todos los prejuicios. Solo si nos aislamos, pensando que nadie siente lo que nosotros, nos condenamos a soledad y la incomprensión. Traicionando nuestra humanidad. El dolor, la tristeza, el miedo, las lágrimas, la alegría, la felicidad, el amor, no saben de fronteras, ni credos, ni ideologías, ni del tiempo, son universales. Siente con los demás.

Feliz Martes Santo.