Distancia

Parecen fuerzas contradictorias las mueven nuestra vida y nuestra sociedad. Por una parte pedimos respeto a la persona su vida personal su intimidad, por otra nos exhibimos más que nunca, publicando todo tipo de información, fotos incluidas. Guardamos la distancia personal y la cercanía virtual. Eso es demasiado poco, en tiempos de tantas depresiones, tanto sufrimiento visible y oculto. Se necesita una cercanía que es capaz romper los prejuicios, no tiene miedo de mancharse arriesgar a las críticas de los defensores de lo que se debe y no se debe. Para eso se deberían abrir las puertas de los templos, y la luz roja de los agrarios que prohíbe el paso, debería convertirse en la luz verde que deja la vía libre. Porque si de algo necesitamos en nuestras vidas y no lo podemos comprar en farmacias, es la presencia, la cercanía del otro o de la otra que son importantes en nuestras vidas, o apenas lo empiezan ser por su presencia en el lugar exacto y tiempo oportuno, cuando pensamos que nos iba a comer la soledad y el sufrimiento. Deja la distancia para los protocolos. Respeta pero mantente cerca para que puedan contar contigo.

Feliz martes sin distancia