Le daba igual lo que otros
podrían pensar de ella, pero había cosas en su vida que no se
negociaban, que estaban unidas a sus raíces, a su propia esencia.
Siempre estaba abierta a descubrir cosas nuevas, aprender más y
entender mejor, pero necesitaba una base en la que podría fijar lo
nuevo, armonizándolo con todo lo de antes. Las cosas no se cuelgan
en el aire. Si uno lo quiere hacer por lo menos causando esta
apariencia debe usar hilos que unen las cosas con sus puntos de
apoyo. Nuestra sociedad se atomiza. Perdemos referencias y puntos de
apoyo. Cambiando con frecuencia no sabemos cuál es nuestra esencia,
qué podemos dar, ofrecer, qué necesitamos, hasta dónde llegan
nuestras carencias. Por eso necesitamos, signos, señales, lugares y
momentos que nos dan sentido, que entran en nuestra narración de
nuestra vida y de nuestro ser y estar. Busca, descubre los tuyos.
Feliz
sábado de cosas básicas que no pueden faltar.
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