Tantas
veces miraba y parece que no veía nada. No porque tenía algún
problema de vista que le impidiera ver bien. Es que siempre miraba en
dirección equivocada. Pensaba, que todas las causas y todas las
soluciones de sus problemas, va a encontrar fuera, pero no los
encontraba. No estaban ahí. Estaban dentro de ella misma, dentro de
su mente. Los sentimientos, los pensamientos, las interpretaciones de
los hechos, los deseos y las frustraciones, estaban dentro de ella.
Debería mirar para dentro para entender lo que pasaba con ella
afuera, en sus relaciones y en sus encuentros. Antes de llegar a la
mesa de la Navidad sería buenos poner más atención a lo que pasa
dentro y no solo adornar lo que vamos a tener fuera. Así incluso en
los momentos en los que nos encontraremos con las personas con las
que por alguna razón no nos llevamos tan bien no nos sentiremos tan
mal como de costumbre.
Feliz
domingo de poner atención.
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