Secreto
Cuando
todo se llena de sabor la vida se ve diferente. Tiene que haber
diferentes sabores para que uno pueda apreciar las diferencias y
crear sus propias preferencias. Eso no se hace con una pequeña
degustación, para eso se necesita tiempo y paciencia. Tanto para los
que preparan los platos como para los que los están probando. La
experiencia nos enseña que mucho depende del espíritu con el que
hacemos los platos. Cosas hechas con ganas, con ilusión y alegría,
saben mucho mejor, que las mismas hechas por obligación y tristeza.
Unas están sazonadas con esperanza que trae cada día y otras están
sazonados con rutina. Se puede usar los mismos ingredientes en las
mismas proporciones y cantidades y el efecto final será diferente.
Así que es bueno hacer las cosas con amor e ilusión para que salgan
sabrosas y no necesiten ninguna explicación. El mayor secreto de la
cocina y de la vida es el amor con el que se hacen las cosas.
Feliz
domingo de sabor.
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