Las
gotas de lluvia traían semillas de frutas que vamos a cosechar
después que aún no han nacido y tienen que tocar el suelo y
desaparecer un tiempo en el olvido. Hasta que unos rayos de sol
llamen a su puerta su ventana esperando hasta que se despierten y
asomen a la vida. Siempre al principio es una mirada una escucha y un
sentimiento en la piel. Todos los días llegan a nosotros palabras
que siembran otros. Llegan de diferentes lados y quieren descansar,
echar raíces. Solo de nosotros depende si les permitimos entrar en
nuestro interior, remodelando todo. Ocupando espacios buscando su
dominio. Es nuestra responsabilidad rechazar los que nos hacen daño.
No podemos librarnos de ellos tarde o temprano llegan. Lo que podemos
hacer es no permitir que nos lastimen. Dejarlas a superficie para que
se quede infecundas. No dejes que otros siembren en ti palabras que
te hacen daño.
Feliz
miércoles de palabras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario