En su vida todas las distancias y todas las ausencias se han llenado de tristeza. Es que eran los únicos puntos de apoyo, las únicas personas que daban sentido a la vida. Ahora al estar lejos de ellas, llenaba de tristeza todo el espacio todo el vacío que sentía. Aquí lejos parece que no le faltaba nada, su situación económica era incomparable, pero ella sentía que le faltaba todo. ¿Cómo no llenar la distancia de tristeza? Puede ser que la única forma hoy día es construyendo puentes de comunicación. Hoy más que nunca están al alcance de nuestras manos. Claro que no es lo mismo, que la distancia igual queda, pero lo que no queda es el vacío del silencio. Comunícate cuando estás cerca, hazlo cuando estás lejos. Es que no hay mayor distancia, lejanía, que la de sentimientos, de silencios fríos, que se pueden interpretar como falta de interés, y aunque puede ser, que no es cierto, pero ¿qué se puede hace si se siente así? Llena las distancias de palabras, sonrisas, y de vez en cuando, si es necesario, de lágrimas, pero nunca de silencios.
Feliz viernes de llenar las distancias de palabras.