Teresa decía que no puede cambiar los acontecimientos de su vida,
estos iban por sus caminos muchas veces insospechados. Aparecían de
repente y con la misma velocidad se desvanecían. Lo que si podía
cambiar era su actitud frente a lo que pasaba. Eso era su tarea su
responsabilidad y a veces incluso su escudo su defensa. Los
acontecimientos siempre son exteriores aunque algunas veces nuestra
participación en ellos es muy activa. Las reacciones son interiores,
dependen en su totalidad de nosotros. Aunque tenemos diferentes
temperamentos y personalidades. Todos por igual tenemos
responsabilidad y capacidad de reflexionar e ir educándonos en dar
una respuesta adecuada constructiva. Nuestras reacciones deberían
ser capaces de superar el primer enojo, enfado, la primera
desesperación, el primer desánimo. Es que siempre hay un después,
siempre existe la posibilidad de dar el otro paso. Insistir o dejar
de hacerlo, conforme a las circunstancias y soluciones y
procedimientos que vislumbramos. Educa tus reacciones se consciente
que las primeras no deben ser la únicas.
Feliz
sábado de educar.
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