En la casa de Julia no había muchos muebles. Solo los justos que necesitaban para vivir cómodamente su vida diaria. Decían, que a parte de las cosas, uno necesita espacios. Practicaban un minimalismo tratando de no alejarse demasiado con extrañas excusas de comodidad. La mesa no los separaba, sino unía. Se trataba de no perder contacto ni visual ni comunicación verbal. Cabían sus platos cubiertos, pero nunca había espacio para pantallas. Nadie consideraba durante los encuentros más importantes a los que no estaban. Si no atiendes bien a los presentes tampoco lo harás con los ausentes. Acércate más a los que comparten los mismos espacios que tú, que todos se sientan en casa, nadie tenga sensación que es invasor. Que las cosas no nos impidan ver a las personas.
Feliz martes de cercanía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario