No se puede ver la sonrisa en un rostro adolorido, asustado u ofendido. Antes que nada todo se debe purificar con el poderoso concentrado del perdón. Sabiendo que no se justifica perdonando, que no se quita importancia al mal hecho o sufrido sino que se abre nueva etapa en la que todos intentan aprender de tratarse y convivir, pensar y recordar si dolor paralizante. En un mundo en el que todo acelera tanto y es tan volátil y cambiante, no nos da tiempo para vivir los verdaderos procesos de perdón. No cerramos ciclos y arrastramos heridas abiertas que no atendidas se infectan y nos provocan mucho daño y provocamos mucho daño al no sanar no curar viviendo con el dolor. Date tiempo para pensar sentir y perdonar.
Feliz martes del
perdón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario