Nada es tan complicado de ver como lo que tenemos frente a nuestros
ojos. Pasa con las cosas pero desgraciadamente pasa también con las
personas. No vemos, nos prestamos atención acostumbrados a su
presencia, solo de vez en cuando por un instante nos hacemos
conscientes de su presencia porque lo necesitamos. Hasta una
inesperada experiencia, que nos arrebata de nuestro mundo poniéndonos
al borde de otro mundo, nos hace consciente de los que tenemos y a
quienes tenemos alrededor. Suele ser bastante traumática, pero solo
experiencias de este tipo abren nuestros ojos y nos hacen apreciar a
la gente y a las cosas. Mirar más para dentro que para fuera. Cada
mañana al abrir los ojos somos privilegiados sumando un nuevo día,
un desayuno con los familiares un café y una risas con amigos y está
maravillosa sensación que nos invade que tenemos vida.
Feliz domingo de ser
conscientes.
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