En los días de lluvia, se sentaba en su sillón de pensar y
deshilachaba sus alegrías y sus tristezas. La lluvia siempre
permitía tener tiempo para remendar las cosas de una manera
adecuada. Los hilos de las que tejemos a nuestras alegrías y a
nuestras tristezas son prácticamente iguales. Solo que unos van bien
unidos evitando los nudos confusos otros se revuelven sin orden
desequilibrando todo perdiendo la armonía de la sucesión de los
tiempos. No olvides que las tristezas y las alegrías están hecha
del mismo material. El efecto final siempre depende de la habilidad
que tenemos para unir los diferentes elementos. No echemos la
responsabilidad a nadie, hagámonos conscientes y responsables de
cosas que tejemos cada día que nos afectan a nosotros y a los demás.
Feliz miércoles de
tejer con responsabilidad.
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