Siempre
se movía entre gente que se creía todopoderosa. Mientras ella veía
sus debilidades sus muchas cicatrices que recordaban aquellos golpes
y caídas en el camino de la vida. Los
límites de su mundo que le daban pautas
por donde debería crecer que hay que reforzar y con que puede
contar. Ahí veía que le da seguridad y en que debería aprender a
pedir ayuda. Arte que no es fácil, que solemos aprender muy tarde en
situaciones límite. Mientras debería ser algo normal bien asimilado
puesto que permite evitar sufrimientos y asimilar conocimientos y
experiencias ajenas como propias. No gastar energía para inventar
algo que ya existe y hacer algo que está a nuestro alcance. No
tangas miedo de pedir ayuda. No eres la única persona que no sabe y
que está caminando por este mundo.
Feliz
sábado de pedir ayuda.

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