Ninguno de los niños preguntados hoy: ¿qué te pone triste? Dijo, que se pone triste cuando no puede comprar algo. Hablaban de abrazos, sueño, regaños, juegos, enfermedades, soledad, no poder estar juntos, problemas económicos de la familia, problemas en la familia. Curiosamente para los niños la felicidad está vinculada a hacer las cosas, estar con la familia, no ver mal a los cercanos. Eso es bienestar. Es posible porque estos niños con los que hable hoy tienen cubiertas todas sus necesidades. No sufren hambre, ni guerra, ni persecución. Los adultos pensamos que teniendo muchas cosas tendremos mucha felicidad. Llenamos nuestra vida vaciamos nuestra cuenta y con todos eso no alegramos nuestro corazón. No vemos un sentido más profundo en nuestra existencia. Para eso hay que activar nuestro espíritu, nuestra alma que llena todo se conecta y comunica. La felicidad ni se compra ni se venda se siente cuando lo que hacemos nos da la paz, construye la paz a nuestro alrededor y hace posible que avance la justicia en el mundo en que vivimos. Toda desigualdad siempre será un obstáculo en el camino de la felicidad y paz universal.
Feliz domingo de vivir en paz.

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