El mundo que me rodea, se viste de otoño. El bosque, se pinta de
colores. En la luz del sol, uno tiene un festival de tonalidades y
matices. Puedo observar, que en poco tiempo las cosas que parecían
inamovibles, cambian, se ven totalmente diferentes. Ganan en belleza
y capacidad de sorprender. Y cuando aquí, en el norte, admiramos el
otoño, el sur se pinta de primavera. Así, que a una distancia de
una realidad, existe otra, a veces totalmente contraria. Es bueno
recordar eso, cuando la vida nos aprieta.
Feliz Lunes de diferentes realidades.

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