martes, 8 de julio de 2014

Adolescencia perdida

Su Mama la apuraba mucho a Marcela. Siempre había algo que hacer en la casa. Desde que era capaz de sujetar la escoba, que tenía un palo más alto que ella, empezó a trabajar. Cada vez más trabajos, cada vez más obligaciones. Y parece, que también, cada vez más prisas. No terminaba una cosa, ya tenía que empezar la otra. Tanto fue su apuro, tanta la presión de todos los lados, que se le olvidó vivir su adolescencia. Desde niña, salto a ser adulta, por las prisas que tenía, y por los compromisos y las obligaciones, que tuvo que asumir. Si eres adulto, adulta, permite a los niños vivir todas las etapas de su vida. No exijas más de los que pueden hacer, conforme a su edad. Si eres adolescente o joven, no corras para ser adulto. Tendrás mucho tiempo, para disfrutar de esta etapa de la vida y llegaras a extrañar las anteriores.



Feliz Martes sin apuros.



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