Su
Mama la apuraba mucho a Marcela. Siempre había algo que hacer en la
casa. Desde que era capaz de sujetar la escoba, que tenía un palo
más alto que ella, empezó a trabajar. Cada vez más trabajos, cada
vez más obligaciones. Y parece, que también, cada vez más prisas.
No terminaba una cosa, ya tenía que empezar la otra. Tanto fue su
apuro, tanta la presión de todos los lados, que se le olvidó vivir
su adolescencia. Desde niña, salto a ser adulta, por las prisas que
tenía, y por los compromisos y las obligaciones, que tuvo que
asumir. Si eres adulto, adulta, permite a los niños vivir todas las
etapas de su vida. No exijas más de los que pueden hacer, conforme a
su edad. Si eres adolescente o joven, no corras para ser adulto.
Tendrás mucho tiempo, para disfrutar de esta etapa de la vida y
llegaras a extrañar las anteriores.
Feliz
Martes sin apuros.
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