Las cosas de frente parecen muy bien. Los que nos miran, reciben
sonrisas, y un que otro guiño de complicidad. Todo parece en orden,
sin grandes complicaciones. Sin embargo, en el patio trasero de
nuestras vidas, con frecuencia, hay bastante desorden. No mostramos
lo que hay, ni nos damos cuenta como eso, desequilibra la aparente
armonía, que disimulamos pintando sonrisas en el aire. Tal vez,
llegó el tiempo, para ordenar todo, desde el fondo, desde atrás.
Así, nada nos va a estorbar, ni desentonar. Eso también, es un
pequeño paso, hacia la armonía interior.
Feliz Lunes de mirar el patio trasero

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