Hace muchos años, cuando vine la primera vez a Madrid, subía a la terraza de la casa, para mirar la ciudad en la noche. En los paseos por la Castellana, por su color e iluminación, destacaba la Torre Picasso. Mirando su altura, el reflejo de la luz en sus paredes, pienso que todos como ella, buscamos nuestro pedacito del cielo. Soñamos con poder crecer personalmente, a veces nos angustian sueños de la felicidad, esperada y merecida, que no quiere llegar. Parece que a la hora de la verdad, de lo que se trata, es levantar la vista ahí donde estamos, para ver el cielo, que nos pertenece. La felicidad siempre está sobre nosotros. No siempre nos arriesgamos para alcanzarla. Olvidamos, que incluso sobre el suelo gris de la cotidianidad, está el cielo azul. Si no lo ves, por las nubes de hoy, espera, mañana aparecerá. La felicidad no depende de las personas que tienes a tu lado, aunque ellas te pueden ayudar, sino de lo alto, que te atreves a soñar, poniéndote de pie.
Feliz Lunes de búsqueda de nuestro trocito del cielo.
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