lunes, 7 de julio de 2014

La Libertad

Sergio miraba sus numerosas cicatrices. Marcas visibles de su tortuosa y atormentada adolescencia. Sus padres, muy ocupados, le dieron la libertad, pero nunca le explicaron, cómo usarla. Y como a él, le gustaba la velocidad. Su libertad era como una bicicleta sin frenos. Su cuerpo y su alma tuvieron que recibir todos los golpes y amortiguar, su falta de experiencia. Hoy sabe mucho, su cuerpo le recuerda, como duele no saber y de todas maneras hacer, no medir las consecuencias y lanzarse. Todos queremos tener la libertad y además tenemos pleno derecho de tenerla, pero no olvidemos, que viene acompañada de un manual de uso.



Feliz Lunes de Libertad.



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