Trata
de no olvidar a tus sueños. A veces se convierten en sueños
compartidos, pero no siempre es así. Todos corremos el peligro de
dejar de soñar y asumir sueños ajenos renunciando los propios. Los
que nos rodean rechazan nuestros sueños, pasándolos por los filtros
de la utilidad y de beneficio. Así impiden la realización de muchas
personas y desarrollo de muchos talentos. Por algo y para algo somos
seres individuales. Si no fuera por los soñadores que se obstinaron
en seguir sus sueños, este mundo no avanzaría. Hagamos
de nuestros sueños las velas de este velero de nuestra vida para
seguir adelante, surcando las aguas de la vida en dirección del
puerto de la felicidad. Busquemos, recuperemos a los que son nuestros
en esta etapa de la vida.
Feliz
martes de los sueños.
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