Griselda tenía una buena colección de los “no puedo”. Todos
bien ordenados y con sus etiquetas que explicaban toda su historia.
Ella los solía refrescar cada rato y remover un poco para que todos
sean bien visibles. Todos servía perfectamente para justificar su
estancamiento y señalar a la mitad del mundo como culpables o por lo
menos cómplices de sus innumerables fracasos y frustraciones. Así
era fácil, era más cómodo. Hasta que un día, una de estas
personas, que vino a visitarla por pura casualidad, con un total
descuido, común de las personas irresponsables leyó mal en una de
sus etiquetas y exclamó con un tremendo entusiasmo “Griselada que
buena idea con lo de puedo on”. Ella no protestó, decidió
conectar algunos de sus “puedo” para ver que pasa...Y pasaron
muchas cosas...
Feliz Viernes de puedo.

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