En la vida hay situaciones que nos obligan a parar un rato. Los
últimos días de mi actividad, me daba cuenta, que en algunas
ocasiones, a un lugar llegaba mi cuerpo pero no mis energías, mi
espíritu. En otras el espíritu estaba ahí pero no acompañado por
el cuerpo por la fuerza. Quería hacer más de lo que podía hasta
que los médicos dijeron ya basta. Ahora en la sala del hospital de
nuevo uno fuerzas y cuerpo bien consciente de sus limitaciones. El
espíritu inquieto busca la calma. Para poder regresar a recorrer los
caminos y esperar los amaneceres tomando un rico mate.
Feliz Viernes para Tod@s

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