Cuando los pensamientos golpean la cabeza por dentro y las manos
se ven vacías. Cuando el sueño se fue en dirección desconocida y
no quiere regresar a nuestra cama en las largas noches. Agitados,
distraídos, buscamos un refugio. Un lugar tranquilo en él que
podemos escuchar los pensamientos y la respiración. Ahí, sin
sobresaltos, uno puede esperar, que el sueño lo encuentre y la
pegajosa inactividad, junte nuestras almas partidas. En un lugar, en
medio del bosque los Espiritanos tenemos nuestro refugio. Cada año
después de exámenes, estuvimos ahí remendando nuestras almas y
espíritus partidos. Ahí me fui ayer, buscando mis sombras y
palabras. Les llevé conmigo.
Feliz Jueves de ubicar nuestros refugios.

No hay comentarios:
Publicar un comentario