Hay gente que simplemente y silenciosamente es buena. Así se va de este mundo sin hacer ruido ni molestar a nadie. ¿Cuántos han conocido a Amancio? ¿Con cuántos se ha encontrado? ¿A cuántos ha dado pláticas? Con él he visitado prácticamente a todas las comunidades de la Parroquia de Santa Ana de Tanlajás, S.L.P. en México. Fue él quien me enseñaba los caminos, visitaba conmigo la gente. Siempre con sus chanclas, cojeando y con su morral al hombro. Muchas bromas, risas, conversaciones. Confidente, consejero, maestro y todo de la manera sencilla, sin grandes pretensiones. Preocupado por su Madre, su hermano, por otros, siempre estos otros que necesitaban de él y a los que sin hacer cuentas daba su vida. Nos reímos con él y de él. Recuerdo nuestra vuelta por Tanlajás visitando a los enfermos. Risas y bromas en medio de dolor. La lección más grande para mí. Toda esta gente lo espera lo recibe incluida la Señorita María del Carmen. Por fin todos en paz, sin discutir, ni pelear. Muerte en este tiempo duele mucho, sin multitudes ni homenajes. Se nos va gente que durante años eran pilares de sus comunidades. Gracias por lo que han hecho y lo que nos han enseñado.
Descanse en Paz Amancio. Hasta el cielo. Ahí nos vemos. Taye...

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