Elisa ya no buscaba tanto las
cosas extraordinarias aunque creía que existían igual que las
personas especiales que marcan la vida haciéndola más luminosa. Más
bien ha decidido ocuparse de lo ordinario de cada día para
transformarlo en lo extraordinario. Siempre hay forma de descubrir,
de exponer, subrayar, lo que empieza dar sabor a los días ordinarios
sacando los del rosario de la monotonía dándoles un toque especial.
Todos tenemos la experiencia de los días de viajes, de encuentros
que llenaron nuestra vida de sentidos y sentimientos, porque pudimos
concentrarnos en lo que vivimos, dejar por un momento lo que tanto
nos pesa. En nuestras manos está darle a todo un toque diferente,
desempolvar la alegría los colores y la luz.
Feliz
miércoles de lo extraordinario.
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