Amelia trataba de construir su felicidad. Quería que dure que no nos sea como un destello de luz que enceguece y cuando se termina deja todo en la oscuridad. Ella quería que lo suyo dure, que ilumine los días que parecen grises e insípidos. Sabía que de sabios es construir sobre la roca y no sobre la arena. Todo bien claro hasta aquí, pero ¿qué era su arena y qué era su roca? No era tan sencillo distinguir, tener seguridad expulsando las dudas. Un buen ejercicio antes de cualquier construcción saber que es mi rico y que es mi arena. ¿Cuántas veces me había equivocado y confundido sufriendo las consecuencias de mis errores? Date tiempo para revisar y decidir sobre qué vas apoyar tu construcción.
Feliz jueves de discernimiento.

No hay comentarios:
Publicar un comentario