
Laura cada rato tocaba la
pantalla de su teléfono para revisar si llegó algún mensaje. Este
pequeño aparato y su pantalla la han sacado de la soledad, así como
su fiel perro. Mucho tiempo le ha tocado vivir lejos de los suyos.
Cuando salió de su casa, dejo atrás las calles de su pueblo, la
comunicación era todo un desafío, las llamadas telefónicas un
lujo. Tanto las cartas que escribía como las llamadas que hacía
tenían mucho contenido, bastantes lágrimas y otras emociones. Solo
podía ver a los suyos cuando le mandaban una foto. Hoy los tiene
cerca, se comunican casi todos los días ve sus rostros en la
pantalla, pero siente que hace tiempo no han hablado de verdad. Con
tanta comunicación no le cuentan ni la mitad de las cosas que le han
contado antes, porque suponen que ellas ya se había enterado por
alguien, o por las redes sociales. Muchas veces se tiene sensación
de que lo que nos debería acercar, nos aleja. La superficialidad se
mete en todo y es tan difícil de llegar a lo profundo. No creas que
vernos, hablar con frecuencia, ya es comunicar, compartir estar
juntos.
Feliz
lunes de comunicación.
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