Un día de muchos recuerdos, como cada 12 de diciembre. Los recuerdos de la Antorcha Guadalupana siempre alcanzada en el camino después de algunas celebraciones en las comunidades. Risas y conversaciones, camino de emoción y recuerdo de los jóvenes que se fueron. Aquel año que hablando desaparecí cayendo en un hoyo cortando mi mano, se reían de mí y de mis estigmas. Celebración con los taxistas y el alegre saludo de sus coches al final de la celebración. No puedo olvidar a las pinturas de la gran artista amiga Rocío Sandoval, que me acompañaron y me acompañan en mi memoria descubriendo la profundidad de mensaje de evento guadalupano. La sencillez de las capillas desde Agua Hedionda a Dhokob. Sentirse recibido adoptado, sentirse parte a pesar de la distancia y el tiempo. Gracias por el camino que corrimos, caminamos, lloramos y reímos.
Feliz sábado de la Lupita.
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