El domingo es su casa siempre
era luminoso. Cuando era niño le inculcaron unas cuantas rutinas que se
volvieron hábitos de toda su familia. Uno de ellos tal vez el más importante
era bajar de velocidad en todo lo que hacían. Sobre el tiempo no solían ni
hablar, pues estando juntos lo tenían para todos y para todo. Otro era dejar
entrar más luz a sus vidas sentados juntos hablando compartiendo, buscando
soluciones. Escuchándoles uno tenía la sensación que estaban dibujando mapas de
su vida, marcando bien los caminos de toda la semana para que cada uno se pueda
ubicar, saber donde está en este momento y ser ubicado por los demás que
siempre están dispuestos de dar la mano si aprieta la necesidad. Respetando la
libertad y la intimidad de cada miembro de la familia, aprendieron juntos no
andar escondiéndose en la oscuridad, para no perderse ni perder a los que están
cerca. Deja que entre más luz a tu vida.
Feliz domingo de luz.
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