Había días que todo se llenaba
de confusiones y cualquier intento de aclarar o de explicar solo
empeoraba las cosas. ¿Por qué ocurrían? Nadie sabe decir con
exactitud sin causar más confusión. Es que en el juego entran
muchas cosas, las explicaciones demasiado imprecisas carentes de
contenido o demasiado amplias con una cantidad de datos que hace
olvidar el fondo de asunto y desvía la atención a otros lados. Las
interpretaciones que cada uno puede dar a un gesto a una palabra.
Siempre condicionadas por el estado de ánimo y circunstancias en las
que se están dando. Las conclusiones fruto de nuestra propia cosecha
que mucho tiene que ver con el crecimiento y maduración de nuestras
relaciones interpersonales. Y lógicamente los conscientes o
inconscientes ecos de muchas experiencias anteriores, buenas o malas.
La confusión no es fruto de mala voluntad o mal carácter es la
consecuencia del camino andado y momento vivido. Ten paciencia cuando
ocurre y veras que las cosas se irán aclarando.
Feliz jueves sin confusión.

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