¿Cuántas tormentas pasan por nuestra vida? ¿Qué provocan en ella? A veces una fuerte sacudida y pérdida del rumbo. Cuando las cosas se calman la tormenta pasa, tenemos que buscar de nuevo la dirección. Descubrir cómo vamos a llevar todo el equipaje de lo que aprendimos, vivimos, sentimos y experimentamos. Las tormentas también refrescan, remueven las cosas, quitando las capas de sedimentos de pasividad, dejando el paso a lo nuevo, lo fresco que trae nueva energía nueva vida. Claro también nos puede asustar e inmovilizar. Lo que no traerá novedades sino oportunidades perdidas. Tenemos que ser conscientes que las cosas que vivimos, siempre traen cambios y transformaciones, nuestro trabajo es descubrirlas detectar y aprovechar. Cada día lleva su inicio y su final, cada inicio anuncia final y cada final anuncia inicio.
Feliz martes después de la tormenta.